El texto que sigue fue enviado por Willie hace ya un par de meses pero no pudo ser publicado por problemas exclusivos del editor,
felizmente ya superados. Esperamos, a partir de ahora, retomar la regularidad
en las publicaciones.
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(click en las imágenes para
ampliarlas)
Hola
primos y sub-primos..!!
Quiero
compartir con ustedes algunas vivencias de un viaje muy lindo que Vilma y yo
acabamos de hacer en tres etapas.
Unos días como vecinos
de Brooklyn
Nuestra
primera etapa, que duró cinco días, se desarrolló en Brooklyn. Este barrio, como
ya saben, está frente a Manhattan, cruzando el East River por cualquiera de los
tres puentes. Los tres famosos, los tres
hermosos.
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| El viejo (1882) puente de Brooklyn, de piedras y cables de acero |
Brooklyn
es mucho más grande que Manhattan, pero la parte más bonita y conocida es la
que está allí justo enfrente, donde llegan los puentes. Brooklyn Heights (los Altos de Brooklyn) se llama y tiene algunas
lomas que resaltan su condición de mirador. Es tranquila, residencial, disimuladamente muuuuy
bacana, con cierto aire de hábitat de escritores y gente sin apuro. Y así es la
vida diaria allí: lenta y apacible. Entremezclados
hay todo tipo de negocios lindos, más pequeños, muy bien provistos.
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| Nuestra calle. El de ladrillos amarillos es nuestro departamento |
¿De qué vivirá este tipo como para estar
paseando el perro a esta hora por la Promenade? ¿Y esta otra en monopatín? Hay
muchos bares y restaurantes orgánicos, que no venden coca cola ni usan
microondas; todo tiene que salir de huertas orgánicas acreditadas, casi todo es
vegetal; tienen tiempo... (!)
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| El otro puente de Brooklyn (de acero) |
Allí
estábamos instalados como auténticos vecinos del Heights, en un departamento que alquilamos a través de un sitio web
que se llama airbnb, que alquila propiedades que están en uso por sus
propietarios pero que, durante los días en que te alquilan el lugar, se ubican
en otro lado (la mamá, el amigo, etc), y te dejan la casa con todo funcionando:
mayonesa en la heladera, los cajones llenos de cosas personales, objetos,
relojes, todos los libros (me encanta espiar la biblioteca ajena!), compacts,
la Mac en la mesita del comedorcito, ropas (me probé una campera muy canchera
pero no me daban los hombros... ni la panza). Y toallas y sábanas limpias. Todo de muy lindo
diseño, pinturas, muebles, mucha onda, y mucha limpieza. Bastante nuevo todo,
gran tele (acá tampoco había microonda, así que Vilma estaba perdida!) de
manera que a la mañana te levantás sin mucho apuro, metés unos panes orgánicos
llenos de semillas en el tostador (el tostador parece que sí está permitido),
hacíamos el mate ~nos llevamos unos paquetitos de yerba Amanda~ y luego, a
caminar.
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| El café de enfrente de casa. Todo muy orgánico |
Parques, mercados, justo coincidió con el sábado y el domingo, días especiales
para los mercados y la dispersión. Y pateamos un montón. Había sol de
primavera, así que por todos lados había gente paseando.
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| Esta noche, Pedro's está que arde |
El domingo fuimos con un arquitecto amigo de Eddy, Tincho Badie, que vive en NY
hace siete años, a pasear en su auto por zonas periféricas, algunas pintorescas
y otras en desarrollo. Terminamos comiendo en un restaurante polaco, riquísimo,
en Greenpoint, el barrio polaco de Brooklyn (todos los carteles en polaco,
etc).
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| Greenpoint, el barrio polaco |
El lunes, cuarto día, llovió así que tomamos el subte a Manhattan (nos resistíamos
un poco) al espectacular Museo de Historia Natural, y luego seguimos pateando por
allí todo ese barrio que se llama West
Side, que antes era un barrio de pandillas (dio origen al famoso musical West Side Story) y hoy es un barrio re-bacán.
Todo Manhattan está muy cotizado, limpio, hermoseado y seguro. Es increíble la
transformación que fue teniendo esta ciudad desde nuestro primer viaje en 1981
hasta llegar a hoy. Al final del día volvimos a nuestro barrio, ya casi criticando
la vida vertiginosa de Manhattan (¡ja!).
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En Brooklyn hay muchos tanques de agua como estos, de chapa de zinc, como los tanques australianos de nuestras pampas |
El
quinto día nos quedamos conociendo la zona cercana a casa, no fuera cosa de
contagiarnos el frenesí de aquella gente de enfrente, loca y alienada. Hay por
allí muchos barrios en ascenso, en los que hacen emprendimientos de vivienda,
cultura, entretenimiento y en pocos años se transforman y van entreverando
zonas 'cool' con talleres y galpones y conventillos.
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| Nuestro barrio en Brooklyn |
Ya con
algo de nostalgia dejamos la casa. Es increíble, ya que de Michael, nuestro
anfitrión, no sólo no conocimos la cara sino tampoco su voz. 'Les dejo la llave en el Lavadero de la
esquina en un sobre a nombre de Vilma' nos puso en un mail. Bien, bien.
Luego se contactó en seguida para ver si necesitábamos algo, y así seguimos,
mail va y viene. Finalmente acordamos en dejar la llave adentro cuando nos
íbamos y así hicimos.
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| El borde del barrio polaco |
Nos
fuimos por la empresa de vuelos de bajo costo Jet Blue a Buffalo, estado de NY,
donde recogimos un auto, un bote norteamericano enorme, que nos parecía
exagerado hasta que llegamos a la calle y vimos que era uno más del montón!
Y
partimos hacia Niagara Falls, el punto de inicio de nuestra segunda
etapa.
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La Promenade, la costanera peatonal de Brooklyn. Enfrente, Manhattan |
Una vuelta por Canadá
Las
cataratas del Niagara están sobre ese mismo río, que es frontera entre los dos
países. Del lado estadounidense hay un parque y se puede caminar a distintos
puntos para mirarlas, las ves desde muy cerca, se siente el rugido del río y
alguna llovizna, según el viento. Son fantásticas.
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| Enfrente, Canada |
Todas
las caídas de agua de la Tierra son espectaculares y éste es un río caudaloso
que ya viene embalado por un gran tramo de rápidos, así que cuando se decide a
saltar lo hace con furia. Los
canadienses tienen una situación geográfica privilegiada, que han explotado muy
bien ya que desarrollaron una larga costanera que resulta una excelente platea
del espectáculo. Toda la ciudad vuelca allí, hoteles-casinos con restaurante
giratorio arriba de la torre, máquinas tragamonedas, discos, contingentes
estudiantiles tipo Bariloche, un parque de diversiones con la 'vuelta al
mundo'. No conozco Las Vegas, pero
parece que quisiera ser algo así, aunque creo que de menor vuelo.
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| Los edificios conviven junto a la naturaleza |
Para
quien conoce nuestras cataratas, rodeadas de selvas preservadas, el entorno
puede sorprender por lo urbano; ese caótico 'skyline'
(el perfil de la ciudad) enmarca esta maravilla de la naturaleza. De cualquier
modo, las cataratas están allí y son espectaculares.
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| Hay gran cantidad de miradores. Se pueden ver desde muy cerca |
Para
hacer honor al ambiente anti-orgánico de Niagara Falls almorzamos en un Burger
King y seguimos 15 km a un pueblito que nos recomendó Mora, que estuvo hace
poco por estos pagos, Niagara on the Lake,
que está donde el río Niagara desemboca en el Ontario, uno de los Grandes
Lagos. El pueblo es precioso, todo impecable, pintoresco, muy histórico y sobre
ese río se dieron algunas palizas los dos países antes de amigarse. En las dos costas la gente estaba jugando al
golf o tomando sol en los veleros. Pero, cómo... ¿hoy no es miércoles? ¿esta gente salió más temprano del laburo?
 |
Toronto es la cuarta ciudad de América del Norte, después de NY, Los Ángeles y Chicago |
Como
estamos cerca del Norte, en esta época el sol se pone muy tarde y oscurece como
a las 9, así que llegamos a Toronto (200 km) con las últimas luces; fuimos
entrando por las autopistas a su impactante perfil iluminado, un pequeño
Manhattan pujante y multirracial.
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| El fantástico perfil de Toronto |
Tan
cosmopolita es que no sé cuántos de los que vimos en esa ciudad habrán nacido
allí, pero todos hablaban peor que yo. Tiene su Chinatown, su Little Italy,
Portugal, Jamaican, Greek, y no sé
cuántas comunidades agrupadas más. Mucha vida cultural y es súper segura. Tiene
uno de los estándares de calidad de vida más altos de América, o el más alto.
Espacios para el deporte (el más popular
es el hockey sobre hielo, y lo miran por tele y se conocen los nombres de los
jugadores, fijate vos...), islas sobre el lago para esparcimiento, gran
actividad económica. Los negocios abren a las 11 y cierran a las 9, al menos en
esta época del año.
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Muralismo en Toronto. La Municipalidad provee de pintura a los artistas. Increíble... |
Los tipos la pasan re-bien y ahora con la primavera estaban
de festejo corrido hasta tarde, dale que dale. Nos fuimos a dormir y los demás
seguían. Bueno, tal vez los viernes entren más tarde.
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| Montreal, Quebec |
En la
ruta boscosa y agrícola los carteles fueron incorporando el idioma francés, y a
500 km entramos en la provincia de Quebec, y a su ciudad principal, Montreal,
la segunda francoparlante del mundo después de París. Es otra potente ciudad con
puerto sobre el Rio San Lorenzo y un importante downtown (ojo, se dice Centre-Ville),
una gran universidad, activa movida artística, famoso festival de cine y otro
también de Jazz, mucha gente en la calle, la Village (el gran barrio gay), la Vieux Montreal junto al puerto, el Mont-Royale que dio su nombre y su ladera al asentamiento de
cazadores y curtidores de pieles franceses que se instalaron allí hace siglos. Recuerdo
que Guica y Dory conocieron Montreal cuando fueron a visitar Boston, invitados
por Eddy en 1978. Seguramente habrán andado por estos mismos lugares.
Nos
alojamos, un poco por casualidad, en un edificio moderno y colorido que es uno
de los dos dormitorios para estudiantes que tiene la universidad. Por su
simpleza y austeridad nos recordaba al hostel
que nos reunió en Aarhus, aunque éste era un poco más confortable y nuevo.
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| Instalación artística en las calles de Montreal |
Aquí,
en Montreal, se estaba montando una instalación artística el sábado la mañana. Un
tipo, que ya está bajando la escalera (ver arriba), ayudó a subir y sentarse en la silla
aplicada a la pared a una señora mayor, te diría de 80. Luego
retiran la escalera y se queda la señora allí (le ponen un cinturoncito de
seguridad) por unas dos horas.
Todo el mundo le saca fotos y la señora lee o teje o
sonríe. Luego viene otra persona y la reemplaza, al rato a ésta la reemplaza otra, y así sucesivamente...
Hay
protestas estudiantiles pacíficas estos días por las calles y un despliegue
policial desproporcionado al manso reclamo. Parece que acá, como en Londres y
en Chile, las matriculas son muy caras y se hace difícil acceder a la
educación. El periodismo estaba muy atento a eso, especialmente los ingleses:
si se prende una mecha a veces replica fuerte en otros lados. También había carteles 50+1, que es la consigna de los quebequois
de que con la mitad más uno de los votos se pueda modificar la constitución que
les impide separarse de la otra Canadá.
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| Protesta en Quebec |
El río
Saint Laurent fue y sigue siendo el eje de desarrollo de todas estas ciudades,
incluso de Chicago, ya que desde tiempos tempranos (1810!) lo vincularon a este
río con los Grandes Lagos y los barcos desde Europa llegaban hasta el centro
del continente, y exportaban granos, pieles y maderas y luego productos
industriales. Hasta los años 70 Montreal era la primera ciudad de Canadá y allí
se organizaron Juegos Olímpicos en el 68, pero luego Toronto fue acaparando
actividad económica y se convirtió en el centro financiero y político del país.
Es interesante esto de la competencia entre las ciudades por atraer actividad,
turismo, cultura, inversiones.
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Muralismo en Quebec. ¿Dónde termina la arquitectura y comienza la pintura? |
A 300
km de allí, la europea, amurallada, romántica, pintoresca, pueblerina Quebec
atrae a un turismo más tranqui. Ya el río es más ancho, se va abriendo hacia
el Atlántico, estamos más al norte y se siente algo como que después de acá ya
deben estar los osos y las focas. Los
carteles en la ruta, que hasta allí advertían sobre la posible aparición de
ciervos, tienen la silueta de un reno, con su gran cabeza y sus cuernos gordos.
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| Más muralismo. La historia de Quebec en una medianera |
Nos
alojamos en el Vieux Quebec, en un Bed & Breakfast muy bonito y
antiguo, con un ambiente hogareño, de cinco habitaciones. Hay que sacarse los
zapatos en el hall de planta baja y ponerse unas medias-pantuflas para andar.
La casa está llena de mapas, cuadros, piano, órgano y objetos interesantes por
todos lados. Greg, el anfitrión, prepara una mesa grande para el desayuno
colectivo, con los manteles y cubiertos de su abuela, lleno de platitos y
mermeladas. Parece la mañana de Navidad.
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| ¿Norte de Europa? No, Quebec |
Los 700
km que tenemos para llegar a devolver el auto en Nueva York los hacemos con una
escala en un pueblo en Vermont, ya en Estados Unidos. Esta es un área
montañosa, bella y boscosa, muy visitada por los habitantes de las grandes
ciudades cercanas. No sé si llega a ser pueblo o una especie de parada de
diligencias moderna donde están las 'instituciones' básicas: hoteles, locales
de pollo frito, farmacia, gasolinera, agencias de autos, restaurantes
americanos. Las residencias están más dispersas.
Nos acodamos en la barra del Pub 99, donde la gente miraba basketball en las teles, pedimos pata de pavo con tocino y salsa
roja y celebramos el cumple de Vilma. Dale que dale a la cerveza de Vermont.
 |
| Vilma sigue brindando. Va por el tercer chopp... |
Al dia
siguiente el GPS nos guió fantásticamente por puentes, autopistas y caminos
hasta devolver el auto en el East Village
de Manhattan, que estaba a pleno cuando llegamos al final de la tarde. Éste sería nuestro hogar los próximos cinco días.
 |
| Skyline |
Estudio sociológico
sobre algunas tendencias de comportamiento colectivo. Breve ensayo.
En
Manhattan el Chinatown es bien
grande, hiperactivo. Va invadiendo y diluyendo a su vecina Little Italy. Un insólito mercado de alimentos exóticos, patos al
caramelo y chucherías, masajes orientales, restaurantes (chinos!). Y joyerías
horribles (una al lado de la otra!). Y casas que venden muebles dorados muy
pretensiosos, un gong o kimonos.
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| Gran actividad en Chinatown |
Está lleno de subsuelos a los que se entra por
escaleritas desde la calle, que son ¿depósitos? ¿comercios? A algunos cualquiera
puede entrar a comprar y otros no están abiertos claramente a cualquiera, hay
una puerta pero está entrecerrada o algo así. Otros atienden en un pequeño
zaguán.
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| Chinatown. El local más chiquito |
Las
verduras son extrañas piezas biológicas y en las pescaderías venden peces
vivos, todos apretados en fuentones con agua insuficiente y asquerosas anguilas
resbaladizas que la gente (chinos!) pone en su bolsa y van sacudiéndose
mientras sus dueños caminan. Las veredas están medio mojadas por las
pescaderías, las baldean pero no parece limpio de todos modos. De golpe en la
calle son todos chinos, viejos con aspecto de sabios o jóvenes teñidos de rubio.
En
medio de toda esa pacífica turbulencia se adivina que hay algo (o todo) que
esta al filo de la legalidad. Uno mira y sospecha que es como un témpano, donde
la mayor parte (de lo que pasa) no se ve. Tal vez no sea así y sea la propia distancia
que se tiene con todo eso lo que hace buscar otra explicación.
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| Zapatería |
Al
cruzar Canal Street pronto reaparecen
las caras occidentales y de a poco aflojan los carteles en chino. Estamos
entrando en el Distrito Financiero, nada menos. Todo es superprolijo,
supervigilado, impecable. Un poco más atrás se ve crecer al edificio que
reemplaza a las Torres Gemelas, ya bastante avanzado. Y enseguida se llega a Wall Street: desde
aquí se maneja el mundo. O se pretende.
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| El distrito financiero, prolijito |
NY tiene la característica de mutar sobre sí misma. 'Ahora se desarrolló tal o cual barrio', siempre se escucha eso.
Uno de los últimos es el Meat Packing
District, donde siempre hubo mataderos y enormes camiones y frigoríficos.
Pero ahora esta actividad se ha desplazado vaya a saber adónde y los galpones
dieron paso a cantidad de tiendas muuuy finas, restaurantes exclusivos,
galerías de arte. Entre medio todavía
quedan algunas empresas carniceras, con sus camiones frigoríficos que maniobran
en medio de la calle con tipos que bajan con delantales y botas blancas
manchadas de sangre.
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| El parque elevado. Paisajismo silvestre no muy dominado por el jardinero |
Había
allí un tren elevado que corrió por esta zona hasta hace varias décadas y luego
se desactivó y quedó abandonado. Parece que hubo varias propuestas para demoler
esas estructuras oxidadas, que cruzaban esta área afeando el barrio.
 |
| Caminata por el parque lineal elevado |
Finalmente, hace tres años se inauguró un
parque lineal elevado, como un puente continuo que está buenísimo, que se llena
de gente que va a caminar y que está muy forestado: un jardín frondoso a 5 metros
de altura, con bancos y miradores que atraviesa edificios y calles, ahora reivindicadas.
Mide ahora unas 15 cuadras, pero cuando lo terminen llegará a veintipico.
Buenísimo. Estas ciudades tienen un enorme respeto e inversión por el espacio público.
Están siempre iluminándolo, limpiándolo y equipándolo.
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| Los locales de Apple |
De
golpe, caminando por las calles de esta ciudad de la que surgen influyentes
formas de comportamiento colectivo, manantial de imágenes globales, centro
emisor de furiosas modas, yo -justamente- me sentí en la cresta de la ola: si señores,
aquí se han puesto de moda las alpargatas. Tenía puestas en ese momento (cálida
primavera) mis Banderita Platense, y sentí una justa y demorada reivindicación
a mi perseverancia y mis convicciones, canejo.
 |
| Mis alpargatas |
Tengo
que reconocer que las que allí ofrecían tenían unas telas recancheras y las
suelas no son una gomita que te deja 'palpar' las piedritas del suelo; eran más
firmes y decididas, estaban realmente muy buenas. Claro que salían U$S 60,
mientras que en el chino del Camino Belgrano éstas las había pagado 20 pesos.
Pero allí están, ahora esparciéndose por el mundo, mis compañeras alpargatas. ¿Vieron?
En
cambio otra tendencia que detecté aquí, con fuerte impulso, me bajoneó y me
hizo dudar de la inteligencia y la justicia de las modas. Muchachos, ahora se
viene el jopo. Tipo Elvis o Archie. Se terminaron los hombres flequilludos.
 |
| Con jopo |
Pero
resulta que para lucir un buen jopo hay que tener volumen de pelo. Practiqué
frente al espejo de nuestro hotelito, pero no hay caso. Hay que tener mucho
pelo, cabello pelopincho, che. O medio grueso, pesado, para dar el muñecazo
justo. Y no se te tienen que hacer rulitos con la humedad... ¡Sonamos!
 |
| Sin jopo |
Un
abrazo, pibes,
W
(07.07.12)