Algún día todas las familias tendrán algo así…

Foto: Lidia Estela

abril 12, 2009

Los Sbarra (según Mercurio)

Mercurio era el seudónimo con que firmaba sus crónicas deportivas en el Diario El Día el afamado periodista platense Osvaldo Tomatti. Como por entonces los partidos de fútbol de primera división se jugaban siempre los domingos, su columna era una cita obligatoria en el diario del lunes, donde matizaba sus relatos deportivos con comentarios de tipo social, algunos chismes y referencias a las personas con quienes se había cruzado en el partido del día anterior.  Por todo eso, lo primero (o lo único…) que muchos leían después del partido era la crónica de Mercurio.
También era columnista de la ‘Revista Platense’, suplemento dominical del Diario El Día.  Y allí fue que el domingo 8 de marzo de 1981 ‘La Columna de Mercurio’ estuvo totalmente dedicada a Los Sbarra.
Aquí, la transcripción textual de la nota:
(click en las imágenes para ampliarlas)

Los Sbarra
Jugaron cinco y de ellos hubo dos
con trascendencia internacional
Humberto Sbarra (1880) y Ciriaca Carriquiriborde (1881) formaron un hogar honorable. Uno de Barracas, otra de Magdalena, se radicaron aquí, donde Don Humberto gozó de real prestigio tras 60 años de actuación ejemplar en el Ferrocarril del Sud (Cuando era jefe de la Estación La Plata tuvo un orgullo: jamás salió atrasado un tren).  Culminó su carrera como gerente de los Elevadores de Granos (1).
Era de esas personas que tienen una definición especial: “gente de antes”.  Siete hijos fue el aporte a partir de 1907, en que nació Noel, el mayor, luego trascendente como médico pediatra, historiador, escritor con galardón, hombre de convicciones firmísimas.  Un bocho.  La Casa Cuna, que creo y dirigió, lleva su nombre.  Justicia.  Noel (Nolo) jugaba bien al fútbol y a la pelota a paleta, pero prefirió estudiar, lo mismo que Oscar Juan, el segundo, recibido de Doctor en Ciencias Económicas (fue inspector general del Banco Central).  Para muchos era un crack futbolísticamente hablando y un diestro jugador de básquet.  Padre de dos nenas, una de ellas destacada profesional.  Oscar murió muy joven.  Tanto Nolo como él obedecieron a su padre y terminaron sus carreras.  En cambio Raúl Oscar (el Colorado) y Roberto Jorge (Robertón)  -los más populares y luego de nombradía mundial-  dejaron, ya adelantados, las facultades de Veterinaria y de Derecho por el fútbol.  Aunque le hablaban de sus muchachos famosos, Don Humberto no se inmutaba y jamás pisó una cancha.  Desde luego que tampoco fue a ver al jas(2) derecho Delfor Abel, el 5° de sus varones, jerarquizado componente del clan que hoy es padre de cuatro profesionales: Alberto, arquitecto que integra el equipo hacedor del nuevo Teatro Argentino; Jorge, profesor de educación física de trayectoria nacional;  Carlos, casi arquitecto; y Daniel, que ha heredado el “europeísmo” de su tío Raúl y hace siete años que se perfecciona en música en París.
Retomo el árbol Carriquiriborde-Sbarra.  Luego de los cinco varones, futbolistas todos (llegados a la primera, tres), nacieron Nélida Irma (Sra. de Montequín) y Dora Esther (Sra. de Randrup).  Lógicamente, no jugaron al fútbol, pero se identificaron con Estudiantes en otros deportes.  Nelly tiene dos hijos (Diana y Mariano) y Dora Esther tres.  Hay un Randrup (Ricardo) que es profesor en Ciencias económicas, otro (Eduardo) laureado como investigador médico en Estados Unidos y el tercero (Guillermo), es arquitecto.  Si el pundonoroso Don Humberto y su esposa vivieran (serían centenarios) constatarían que su sueño se ha ido realizando.
La parte deportiva en sí quiero iniciarla con Raúl, emergido al tim(2) superior en 1930, después de haber sido campeón de 4ta.  Era difícil llegar entonces, pero El Colorado quitaba y apoyaba muy bien, era un batallador permanente y “entraba” en el público.  Tenía 19 años cuando lo ascendieron al lado de “los profesores” que comandaba Nolo, y unos más al integrar una de las grandes líneas medias del país: Viola, Uslenghi y Raúl Sbarra (Corazón, técnica y ciencia unidos, dije una vez).  


A la temporada siguiente cinco hombres de la cuna pincha viajaron a Europa: Scopelli, Lauri, Guaita, Cacho Telechea y Raúl.  Estos dos últimos no volvieron más.  El Souchaux y el Valenciennes, conjuntos franceses, supieron de su calidad. Pero el estallido de la guerra lo llevó a Portugal, país neutral donde terminó su carrera deportiva siendo director técnico del Estoril.  En 1949 ingresó como funcionario del Consulado Argentino en La Coruña, hasta morir en noviembre de 1969. 
Voy a revelar una hermosa tenencia.  Cuando falleció El Colorado, se encargó el cónsul Germán Quiroga de mandar sus cosas.  Entre éstas vino una cigarrera de oro y plata que le diera como premio el club Estoril al ganar el ascenso a primera.  El Dr. Noel Sbarra me la llevó un día al diario. “Para vos, Mercurio, que fuiste su amigo. Guardala como recuerdo.”  Y la guardo.
Robertón Sbarra es un verdadero personaje, inteligente, capaz y muy culto.  En una palabra, excede el nivel común del player.  Como hombre del deporte su foja casi no tiene par, pues fue uno de los más brillantes jases del fútbol universal (sí, universal), habiendo integrado el equipo argentino que ganó el Sudamericano de 1941, en Chile; la copa Roca a Brasil en 1940; la copa Chevallier Boutell contra Paraguay; el trofeo Presidente Ortiz, en Santiago de Chile; y el Roque Saenz Peña en Lima, Perú.  Representó al país en el orden internacional exhibiendo una solvencia extraordinaria.  Con Estudiantes ganó varios campeonatos de 5ta, 4ta y 2da. desde 1928 a 1941, cuando Ducó (Huracán) se lo compró a Pedro Osácar por $ 13.000 (valor entonces de tres o cuatro casas).  Siempre en el Globito, vio Duco que resultaba difícil (año 1946) conseguir técnico.  Habló con el plantel y… plebiscitado Robertón.  Ahí estaba en su nueva función cuando su amigo Tito Rodríguez (presidente mens sana) le pidió en 1947 que dirigiera a Gimnasia, que había descendido.  Aceptó y ganó el ascenso.  Su fama acreció y en sucesivas temporadas fue coach de Vélez (2 veces), Huracán (3), Lanús (descubrió a Guidi), Estudiantes (3 meses)(3) y de Independiente, en 1960, donde sacó gallardo campeón al tim.  ¿Qué les parece?
Resta consignar que estuvo estudiando fútbol con Scopelli, en Granada, medio año; con Di Stéfano, en Milán; con el Divino Zamora en Español de Barcelona; pasó temporadas con el Mago Samitier, Sosa, Grillo y Cuchiaroni en Europa.  Cultivó la amistad de Pelé, asistió a siete campeonatos del mundo, fue comentarista del diario El Día en varias giras, sigue siendo periodista radial en Radio Rivadavia, ha dado charlas y asiste a toda manifestación de cultura de la ciudad.  Gran lector, amante de los buenos cuadros y la buena música, viajero empedernido, alguien escribió “tiene la estampa de Ralf Vallone”.  Todo lo bohemio que fue Raúl, su hermano, es amigo del orden y la disciplina.  Fundamentalmente, aparte de vivir bien, Roberto es un estudioso del fútbol.
Poco espacio me queda para Delfor, el menor que integró la línea media “Sbarra, Sbarra y Sbarra”.  Dos partidos nada más(4) jugaron juntos Delfor, Roberto y Raúl.  Era un jas aguerrido, “taponado” por sus hermanos. Por eso aceptó pasar a Quilmes cuando lo invitó el Gordo Aranda.  Maestro mayor de obras, Delfor se jubiló como jefe de planta en YPF.  Pero, ¡qué estupenda familia formó!



Notas del editor:

(1)  En realidad fue Gerente de Muelles y Depósitos, en Río Santiago.

(2)  Mercurio acostumbraba a ‘argentinizar’ las expresiones en inglés que por entonces aún se utilizaban en el fútbol.  Así el half (mediocampista) pasaba a ser ‘jas’; el centre forward (centrodelantero) era ‘centrofóbal’; el insider (entreala) era ‘insai’; el ‘team’ (equipo) era ‘tim’; y así sucesivamente.  Con el tiempo otros (Fontanarrosa, por ejemplo) copiaron su modalidad.

(3)  Roberto fue Director Técnico de Estudiantes en 1953 (pocos meses) y en 1961.

(4)  En una nota publicada años más tarde en el diario El Día (‘Cuando la línea media era Sbarra, Sbarra y Sbarra’), el propio Mercurio se refiere a los partidos en que los tres hermanos jugaron juntos, que no fueron dos sino cuatro, todos en 1935: fecha 7 contra Platense (visitantes); fecha 9 contra Tigre (visitantes); fecha 18 contra Arg. Juniors (visitantes) y  -único partido en La Plata-  fecha 26 contra Tigre (locales).  Estudiantes terminó 7mo.

3 comentarios:

Eddy dijo...

Que hermosa nota la de Mercurio! Con que intensidad describe los detalles de la familia! Una excelente contribucion a la historia deportiva de la familia. La foto ampliada (double-click) de Roberto en traje con chaleco y sombrero caminando por la Rambla de Mar del Plata con sus padres y sus hermanas es impagable.

Fede dijo...

Que buena nota !!!

¿Eran todos muy chiquitos o Roberto tenía físico de otra época? UN TORO.

Y polifuncional... Además de dirigir varios equipos de fútbol, incursionó también en el esgrima. UN DOTADO.

Alfredo J. Eloy dijo...

Amigos Primo Sbarra,
Me permito añadir una pequeña nota biográfica sobre Raúl Sbarra.
En 1946 Raúl estuvo unos días (quizás un par de semanas) en la casa de mis padres en Lisboa, Portugal.
De alguna forma Raúl conoció a mi padre - Franklin Alves Eloy - que en la época era secretario general del Casino do Estoril. Mi padre era un jugador amador del club de futbol de los empleados del Casino e daba mucho apoyo al club Estoril Praia, club que Raúl ha conseguido elevar a la primera división de futbol en Portugal.
Durante el período que estuvo con nosotros estaba sofriendo de TB y observé que hacía periódicamente inhalaciones que mi madre Cidalina, que era enfermera, le preparaba. Yo (Alfredo J. Eloy) tenía solamente 6 años, pero charlamos unas cuantas veces y me pareció una persona muy buena. Infelizmente no tengo ninguna foto de Raúl.
Saludos
Alfredo J. Eloy
Springfield OR, USA
alfredojeloy@gmail.com