Algún día todas las familias tendrán algo así…

Foto: Lidia Estela

junio 10, 2012

Mariano, el Capitán

(click en las imágenes para ampliarlas)
En el Rugby, ser Capitán del equipo tiene un significado muy especial.


La Capitanía es, en primer lugar, un honor. Pero entraña, paralelamente, una enorme responsabilidad. No se espera que el Capitán sea el mejor jugador del equipo (aunque a menudo lo es) pero sí que sobresalga en todo. Debe dar el ejemplo dentro y fuera de la cancha y su comportamiento y sus actitudes siempre marcan el camino que sus compañeros deben transitar.

Durante el juego el Capitán tiene la voz de mando.  Es el único que puede dirigirle la palabra al juez y es quien debe tomar las decisiones e indicar qué debe hacerse en cada caso. Debe alentar a sus compañeros, ordenarlos y, si fuera necesario, mantener la disciplina dentro del grupo.


En La Plata Rugby Club haber sido Capitán del primer equipo equivale a portar, por el resto de tu vida, una distinción que los demás reconocen muy especialmente.  Sobre una de las paredes del quincho del Club existe una gran marquesina de madera en la que figuran, año por año, los nombres de todos los que fueron Capitanes del primer equipo.  Es una especie de reconocimiento permanente para que todos los que pasan por allí conozcan sus nombres (para ver la lista completa, click aquí).

Yo tuve el honor de ser Capitán del primer equipo en 1972, año en que salimos campeones y recuperamos la categoría (División Superior) que habíamos perdido la temporada anterior.  Por muchas circunstancias, ése fue un año inolvidable para mí.

Mariano Montequín  -Marianito, para la familia; Mané para los amigos-  brillante jugador y mejor persona, fue uno de mis compañeros en aquel memorable equipo, junto con Pablo Balut, luego esposo de Diana. Los tres jugamos juntos casi todos los partidos de la temporada y nos dimos el gusto de devolverle al Club el lugar perdido el año anterior.

Ascenso 1972 - Parados: 4to: Pablito Balut; 6to: Dickie; 7mo: Mariano
Dos años después, en 1974, fue Mariano quien ocupó el honroso cargo de Capitán del Club, pero no pudimos jugar juntos porque una seria lesión en mi rodilla me mantuvo fuera de las canchas toda la temporada.

Mané era pasional pero inteligente y de muy pocas palabras, con una capacidad excepcional para comprender el juego desde adentro y, sobre la marcha, indicarle a sus compañeros qué era lo que había que hacer.  Fue también un extraordinario jugador de seven y a fines de 1974 capitaneó el equipo que ganó el tradicional Seven Nocturno del Club Daom, en el que participaban los equipos más importantes de la Unión. 

Tres años después, el 6 de diciembre de 1977, Mariano sería secuestrado y desaparecido para siempre (para conocer detalles de aquella noche terrible, click aquí).

El famoso seven de 1974. Mariano, el 3ro de arriba
Hace pocos meses, durante una cena en la que todos los años se convoca a los jugadores de todas las épocas que han pasado por el Club, se hizo un homenaje especial a los Capitanes, mencionándolos y entregándoles un banderín conmemorativo.


Recibí el mío, con orgullo y alegría, y cuando dijeron “1974... ¡Mariano Montequín!”, fui otra vez yo quien subió al estrado para recibir el banderín correspondiente, pero esta vez con un tremendo nudo en la garganta.


Me entregaron el banderín de Mariano, que recibí muy emocionado, y fue en ese momento en que, poco a poco, se empezó a escuchar un murmullo que empezó en voz muy baja pero que inmediatamente inundó todo el salón durante varios minutos: “¡¡Mariaaaaano..!! Mariaaaaano..!!”

Mantuve como pude mi sonrisa dibujada en la cara pero cuando volví a mi mesa tenía el banderín de Mané estrujado en mis manos y mi cara bañada en lágrimas.

Dickie


7 comentarios:

Eddy dijo...

In tipo extraordinario e inolvidable. Lo he extranado muchisimo.

Diana dijo...

Gracias Dickie! lo de la entrega del banderín ya me lo habías contado pero me vuelve a conmover profundamente como aquella vez. Me emociona mucho eso de que hayan coreado su nombre, lo veo como una forma de hacerlo presente, como otro modo de decir Presente!
Además está hermosamente escrito como nos tenés acostumbrados con todo lo que publicás.
Gracias también por compartirlo con toda la familia.
un abrazo enorme!

Máximo Randrup dijo...

Sencillamente excepcional.

alberto dijo...

hola dickie...

muy emotivo tu relato...
es lindo saber que pudieron compartir las alegrias de ese ascenso tan buscado y como vos decis ser capitan es algo mas que un titulo honorario...

en el caso de mariano ( y de sus companeros de seven),es tambien el testimonio vivo de una generacion que lucho por sus ideas...

tengo para mi, que esta democracia conseguida (con todos sus defectos) tiene que ver con aquella joven generacion que dejo todo para que podamos vivir en un mundo mejor....

el "mariaaaano...mariaaaano"... vivira en nosotros para que "nunca mas".

gracias por tus palabras y recuerdos...

un abrazo
alberto

Anónimo dijo...

Nunca habia leido el relato de esa noche ,gracias a tu blog la lei recuerdo este chico en un patio de calle 1 era novio de una copmpañera mia mona ,parece no ser real pero lo es saludos a ustedes Analia.

Anónimo dijo...

Dickie nunca habia leido el relato de esa noche ,terrible no lo habia leido nunca ,recuerdo este chico divino era novio de una amiga mia Mona en navidad en calle 1 ,parece un sueño saludos a ustedes analia

silvia dijo...

GRACIAS, muchas gracias! por hacernos compartir estos recuerdos, este reconocimiento y esta profunda emoción.

GRACIAS, muchas gracias! por estar ahí y de vez en cuando darnos un tirón desde los lazos que nos unen.

MUCHAS GRACIAS!!!!