Algún día todas las familias tendrán algo así…

Foto: Lidia Estela

enero 11, 2013

De otra época…


(click en las imágenes para ampliarlas)

Barracas es el barrio porteño que vio crecer a Humberto Ulises José Sbarra, nuestro abuelo que, ya casado con Ciriaca Moraima Carriquiriborde, dio origen a la “dinastía” de Los Sbarrita, como dimos en llamarnos en este espacio.

Allí donde Barracas limita con La Boca y San Telmo, se encuentra uno de los parques más emblemáticos y hermosos de la geografía porteña, el Parque Lezama, donde luce en todo su esplendor una de las tres grandes barrancas que marcan el antiguo margen del Río de la Plata. Las otras dos se encuentran en Plaza Francia y en las Barrancas de Belgrano.


No es absurdo suponer, entonces, que cuando el joven Humberto Ulises conoció a la bella Ciriaca Moraima, quien ya se había mudado de Magdalena a Avellaneda (para recordar detalles de esa historia, que es nuestra historia, click aquí y también click aquí), la haya invitado a pasear por el Parque Lezama.

Si nos transportamos mentalmente a principios del 1900  -digamos 1904/1906-  podemos imaginarnos a la joven pareja con sus 24/25 años, caminando por el parque.  Cerramos los ojos, retrocedemos en el tiempo, y los vemos pasear plácidamente, conversando sin apuro.  Él de riguroso traje oscuro y sombrero blanco, ella con su vestido largo y un elegante sombrero al tono.



Bordean la orilla del lago artificial que por entonces había sobre el lateral del parque que da sobre calle Brasil, y se detienen a contemplar las maravillosas cúpulas del templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa, recientemente inaugurado...



Humberto le cuenta  -entusiasmado-  de su promisorio trabajo en el Ferrocarril Sud, allí cerquita, en la Casa Amarilla que hoy pertenece al Club Boca Juniors.


Ciriaca  -un poco más tímida-  lo escucha con atención y luego le cuenta de su infancia en el campo ‘Las Tunas’, en Magdalena, y de sus hermanos varones, estudiando en Francia.


Están cómodos, felices, conociéndose poco a poco, y ajenos a la belleza del parque (o tal vez influenciados por ella), casi sin darse cuenta… ¡se están enamorando..!


Mejor los dejamos solos, porque de ese enamoramiento que estamos presenciando, de aquel incipiente amor que recién empezaba a florecer, dependemos los 65 Sbarritas que vinimos después...


  
Volvemos al presente... Y allí, donde hace 100 años se encontraba el lago artificial del Parque Lezama, encontramos hoy un anfiteatro a cielo abierto, que originalmente tuvo tribunas de madera que fueron luego reemplazadas por instalaciones de cemento revestidas de adoquines.

Sobre una de las paredes del anfiteatro apareció hace unos días una enigmática leyenda, con forma de graffiti, que Willie se encargó de fotografiar para nosotros:




¿Es posible que alguna de estas noches de verano el espíritu del Abuelo Humberto se haya corporizado para dejarnos ese misterioso mensaje en el mismo exacto lugar donde lo imaginábamos enamorándose de la Abuela Ciriaca..?

¿O habrá un Sbarrita porteño  -más actual y más terrenal, graffitero él-  que con su melancólico anuncio quiso expresar su tristeza o tal vez dejarnos un singular acertijo..?

¿Ustedes qué opinan..?  O mejor aún, ¿ustedes que prefieren creer..?

“YO SOY DE OTRA ÉPOCA
DE UNA ÉPOCA QUE NUNCA EXISTIÓ
SBARRA”

6 comentarios:

Eddy Randrup dijo...

Un articulo asi, cualquiera lo escribe.

Solo necesitas una imaginacion prodigiosa, un notable talento de usar la pluma, y la generosidad de compartir una hermosa vision con otros.

Bueno, tambien necesitas tener un humor especial, una mente historica, amor al projimo, y orgullo de ser miembro de nuestra fabulosa familia Sbarra.

Ah, y necesitas tener un hermano fotografo alerta para encontrar, y sensible para parar a fotografiar para los demas.

Fuera de eso, cualquiera lo escribe!

alberto dijo...

estas cosas emocionan....!!

desde pinamar ya casi volviendo

un abrazo

alberto

willi dijo...

¡ qué buena fantasía...!

Humberto, Barracas, Ciriaca, un paseo...

¡Todavía el Jefe anda tirándole el lazo a Abuela!

...pero..¿cómo sabes vos que queda justo enfrente a la Iglesia Rusa?...

No serás vos, Dickie el graffitero melancólico descolgado de las épocas? .. O Inca, tal vez, o Ana S. o Ana B o Nacho... o...?

Creo que cualquiera de esos 64 sbarritas que andan por ahí nos sentimos un poco de una época que nunca existió.

w

Máximo Randrup dijo...

¡Excelente! Una vez un profesor me dijo no importa "qué contás" sino "cómo lo contás". Acá el "qué" es trascendente pero el "cómo" es brillante. Me encantó la historia y me genera una gran intriga...

¡Abrazo para todos!

silvia dijo...

Bravisimo arrancó!!!!!!!

Todavia me corre una cosquilla sorprendida!

Gracias por compartir esta historia, me inclino a pensar que ha de ser un mensaje para empujarnos a mostrar que sí existimos, y que este año nuestra comunicacion va a ser mas fluida y participativa!!!!

Primos Randrup, relator y fotografo nos han hecho emocionar; se lo agradecemos mucho.

Tengo una propuesta: citarnos en el parque Lezama y fotografiarnos junto al mensaje...

desde Pinamar,
Silvia y Aldo

Diana dijo...

Me encanta este acertijo! El tema del tiempo... la incertidumbre del tiempo ¡qué temón!"...este momento que todavía no existe para mí y que es sin embargo el tiempo en que usted escucha estas palabras que yo grabé en el pasado, es decir, en un tiempo que para mí, ahora es el futuro." dijo Julio Cortázar así como si nada y te deja pensando con el bocho hecho un ñoqui!. Para mí este es un Sbarrita perdido en un "no tiempo", nació en un desajuste, en una no coincidencia, por eso no lo podemos encontrar y nos está dejando su mensaje (pedido?). Me gusta la idea de Silvia de juntarnos en ese lugar. Por ahí quien te dice, se produce el "miracolo" y nos encontramos con él o ella...